Cuéntamelo...

Hay días en los que solo quieres quedarte en la cama, desayunar sus besos y dormirte en sus brazos, días en los que no tienes mas opción que imaginarlo, días en los que es mejor no pensarlo. Abres los ojos, miras la hora y no puedes pedir unos segundos mas de sueño...La noche ha sido larga, unas palabras desafortunadas desvelan tu noche por completo, ¿ Arrepentida ? En realidad no, tan solo remordimiento por la  forma de actuar, quizá podría haber sido peor. Pensé. Unas veces por ti y otras por mi, a veces ganas y otras te quedas con ellas. Dime que das la vuelta al mundo, que yo ya he cogido carrerilla para alcanzar la meta antes que tu.  Cuéntame como dejas tu vida por mi que yo, ya la he dejado por ti.

UP!

Nuevas experiencias para  llevarse puesto, compartir o simplemente guardárselas en el corazón. Nada más sencillo que escribir sin pensar, solo teclear, puntear con la yema de los dedos todas esas sensaciones y sentimientos que llevas dentro. Y que sencillo es dejar volar tu imaginación, compenetrarte con alguien si se siente identificado y despegar. De esto que coges carrerilla; corres intentando conseguir algo, alzas el vuelo, te desvías del camino, de nuevo sigues las flechas marcadas y ZAS!  Objetivo conseguido, traza una línea a cosas por hacer en tu lista, suprime :" ENCONTRAR EL AMOR DE TU VIDA".   Ya no resulta tan fácil extender tus alas y escribir, no tendría renglones para poder acabar una entrada. Puedes dedicar parte de tu vida a expresar lo que sientes, demostrarlo e incluso puedes darle todo de ti, creo que con DEMOSTRAR, DAR Y RECIBIR  no es necesario destacar nada más que llevarlo a cabo.( Aplicable a la vida). Y tú te preguntas... ¿Es posible que alguien piense como yo? A día de hoy, si. Dame cada segundo de tu tiempo para ofrecerte unas palabras y poder demostrarte lo que con mi voz no puedo. Dime que me quieres y te doy cada pedacito de mi, recíbeme con un beso de buenos días y haz que me vuelva loca, llévame a hacer locuras y perdámonos en el intento. Intentemos esto hasta el final, hasta que con ayuda de un andador consigamos todavía correr de la mano y nos sigamos elevando del suelo. Hasta el infinito y más allá.